Prólogo
George estaba sentado al otro lado de la mesa frente a mí en un restaurante de Chicago. Había sido líder en una iglesia evangélica conservadora durante nueve años cuando decidió dejar a su esposa Teresa. Me dijo: “Soy bueno para iniciar una relación de amor, pero muy malo a largo plazo”. Pensé que Teresa estaría de acuerdo con esa afirmación. Yo le respondí: “Así que tienes una relación de amor-odio con el amor. Quieres tener intimidad, pero te sientes abrumado por el trabajo que implica el amor”. George asintió.
Contacté a George por un impulso. Lo conocí a él y a su esposa durante su separación y divorcio y estuve orando por Teresa. Me encontraba dictando uno de nuestros seminarios de Una vida de oración en Chicago y tuve un pensamiento: “contacta a George”. Él le había mandado varios mensajes a Teresa un par de veces durante el año, dándole a entender que estaba harto de su vida juntos. Me preguntaba si podría verlo. Yo no lo sabía, pero dos semanas antes Teresa había comenzado a orar para que Dios llevara hombres piadosos a la vida de George. Cuando lo llamé, estuvo dispuesto a reunirse conmigo.
Le pregunté a George por qué había dejado a Teresa. Me dijo: “Me sentí abrumado por el profundo abismo de sus necesidades. No soporté su espíritu demandante y sus constantes críticas”. Yo sabía que Teresa estaba de acuerdo, Dios había hecho una gran obra en ella desde que se divorciaron. Pensé que no tenía caso andarme por las ramas y le dije: “George, en el corazón del amor está la encarnación que conduce a la muerte. La muerte es el centro mismo del amor. Le pasó a Jesús y nos pasa a nosotros”.
Tomé un sorbo de agua y continué: “Descubrí esto hace veinte años cuando me sumergí en los evangelios y en la historia de la vida de Jesús. Entender esto acerca del amor transformó la manera en que me relacionaba con la gente”. Sabía que George estaba perplejo por lo que le decía, pero quería ofrecerle un mapa para el futuro. Quería que él supiera que al menos había una persona en todo el mundo que pensaba que era posible resistir en amor. Quería darle esperanza. Todo el tiempo de la reunión estuve orando sin estar seguro de lo que él iba a decir, pero finalmente me preguntó: “¿Qué piensa Teresa de mí?”. No tenía nada que perder, así que le dije: “George, careces de tres cosas: pureza, integridad y perseverancia”. Él estuvo de acuerdo conmigo. Me dijo que la noche anterior la había pasado con una mujer que no conocía. Aunque eso me entristeció, sentí que había esperanza por su honestidad; era un paso hacia la integridad.
Cómo iniciar un ‘viaje de amor’
George se había sumergido en el espíritu de nuestra época. Se propuso perseguir sus sentimientos y deseos en vez de hacer la buena obra del amor. Su relación de largo plazo se había roto y fue devastador para él. Ahora estaba solo y odiaba estar así. Yo quería que George entendiera lo que es el amor así que le dije: “Antes de dormir con esa mujer anoche recorriste un camino con ella. Ambos hicieron un tipo de baile. Se estuvieron engañando a sí mismos, pero aun así fue un viaje muy corto. Todos nos encontramos haciendo un viaje, sin importar si éste se caracteriza por el egoísmo o por el amor. Los hebreos pensaban que la vida de amor no era solamente un estado, sino un camino de justicia, una dirección”.
George se inclinó hacia mí mientras yo le hablaba y sentí que le estaba dando un nuevo marco de referencia para pensar, así que proseguí: “Satanás quiere que veamos nuestra vida en aislamiento, desconectados de todo camino. Por ejemplo, el famoso lema relacionado a Las Vegas: “Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas” significa que puedes ir a esa ciudad, practicar sexo de manera anónima y regresar a casa como si nada hubiera pasado. Por supuesto, esa es una gran mentira. Las Vegas se las arregla para cobrar su factura y lo cierto es que nosotros llevamos a nuestro corazón lo que pasa en esa ciudad. Nosotros creamos a las personas en las que nos convertimos. Nuestra vida es una trayectoria”.
Invité a George a que se uniera a mí en un peregrinaje para aprender acerca del amor. Lo invito a usted a hacer lo mismo. Aprendemos a amar no en lo abstracto, sino en el camino mismo, en un viaje que nos ubica en un recorrido específico, un recorrido físico. Así que en este libro nos vamos a involucrar en la historia bíblica de Rut y Noemí para seguir su camino de amor. En dicho camino descubriremos no solo el amor, sino a nosotros mismos. Aprender a amar es clave para sentirnos vivos, ver lo que hay en nuestros propios corazones y alejarnos del seductor canto de las sirenas de nuestra época.
He escrito este libro para las ‘viudas’ y ‘viudos’ de la actualidad; para animarlos, para darles una esperanza y mostrarles que pueden tener un futuro. Lo lograremos al unirnos al viaje de dos viudas de antaño: Rut y Noemí. El libro de Rut es una narración ideal para nuestro mundo poscristiano, donde la nueva regla es romper los pactos y no perseverar en el amor. Rut ofrece un modelo del amor que entiende tanto la locura de nuestro mundo moderno como el camino hacia adelante. Rut se trata de sobrevivir y luchar en un mundo que colapsa.
Disfrutando de la belleza
Mi esperanza es que el libro de Rut lo afecte tanto como lo haría un viaje al Gran Cañón o a la Catedral de Chartres, ubicada no muy lejos de Paris. ¿A qué me refiero con esto? Pues bien, estos dos lugares son increíblemente hermosos y observarlos es una experiencia que nunca se olvida.
Viajar al Gran Cañón o a la Catedral de Chartres requiere invertir tiempo, así que sea paciente al leer sobre el trasfondo histórico que une todo este libro. Al seguir la historia de Rut y Noemí entraremos a un mundo diferente al nuestro, vamos a retroceder 3100 años y llegaremos hasta el año 1100 a.C., es decir, llegaremos a lo que los historiadores han llamado la Edad de Hierro. Sin embargo, y a pesar de todo el tiempo que ha pasado desde entonces, cuando hagamos una pausa para entender las diferencias culturales y el idioma, descubriremos que la gente sigue siendo la misma.
Puesto que vamos a descubrir diferentes aspectos del amor en la historia de Rut, nuestro viaje (como todo buen recorrido) será serpenteante. Esa es parte de la diversión del trayecto. Nuestro camino a través de este libro de las Escrituras será compuesto como una Fuga de Bach, la cual es sencilla al principio, casi sin atractivo, pero gradualmente irá creciendo para convertirse en una obra más compleja al ir encontrando los siguientes temas:
Amor: ¿Qué es el amor? ¿Cuál es su costo? ¿Por qué nos alejamos tímidamente del amor? ¿Qué significa amar cuando no somos correspondidos? Evangelio: ¿De qué forma el amor que vemos en el libro de Rut enriquece y anticipa nuestro entendimiento del evangelio y del amor de Dios por nosotros? ¿Cómo puede ser el evangelio un viaje?
Comunidad: ¿Cómo creamos una comunidad? ¿Cuál es el adhesivo que nos mantiene unidos?
Lamento: ¿Cómo podemos relacionarnos con Dios cuando parece que nos ha abandonado? ¿Cómo puede la fe animarnos a hacer un lamento? ¿Por qué rechazamos la idea del lamento?
Oración: ¿Cómo es una vida de oración? ¿Qué significa vivir en una historia?
Femineidad: ¿Qué significa ser femenina? ¿Qué podemos aprender sobre la mujer en el libro de Rut?
Masculinidad: ¿Cómo es un hombre piadoso? ¿Qué lo caracteriza? ¿Cómo se combinan la gentileza con el poder?
La historia del libro de Rut puede transformarlo si usted permite que la narración que encontramos en él redireccione su propia historia y lo guíe hacía una vida de amor. En un mundo que no puede sustentar nuestras almas con verdadero alimento, espero que el libro de Rut llene su corazón y luego rebose en su vida.