Prólogo
Hace años hice una encuesta informal para saber cuántos tenían una idea de quién era H Habacuc, uno de los doce profetas menores, cuyo libro aparece hacia el fin del Antiguo Testamento. Simplemente hice la siguiente pregunta a varias personas: "¿Que le dice la palabra Habacuc? Estas son algunas de las respuestas que recibí: "Pienso que es una palabra deletreada al revés." "Es una fiesta judía.” No se trata de una enfermedad de la parte baja de la espaldar?”. Estas respuestas suenan divertidas, sin embargo, también revelan que la mayoría de personas no pasa macho tiempo estudiando los escritos de los Profetas. Tal vez eso se debe a que su nombre colectivo, es decir, Los Profetas Menores, es un poco engañoso. Aunque sus libros son menores en tamaño comparado con los escritos de los profetas mayores como Jeremías y Ezequiel, los Profetas Menores no fueron menos importantes para la vida de los antiguos judíos. Estos hombres de mentalidad rigurosa proclamaron el desagrado de Dios por el pecado, anunciaron su castigo, ofrecieron su misericordia y perdón, y animaron al pueblo haciéndole conocer la seguridad que tenía en el futuro por servir a un Dios que guarda el pacto que había preparado para ellos. Aunque están muertos, estos profetas todavía hablan hoy. Ellos nos muestran lo que es más importante para Dios, nos revelan su cuidado tierno y nos instan a vivir como verdaderos ciudadanos de su reino. Así que, le doy la bienvenida a este estudio de los profetas menores.
Escuchemos atentamente a estos doce instrumentos principales en esta maravillosa sinfonía de La Obra Maestra de Dios. Charles R. Swindon