La búsqueda de Dios
La búsqueda de Dios

La búsqueda de Dios [Bolsilibro]

Un clásico traducido a más de 20 idiomas

(Autor)
 
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“La Búsqueda de Dios” fue inspirado durante un viaje en tren desde Chicago a Texas a finales de la década de los cuarenta del siglo XX. El autor escribió durante toda la noche, mientras las palabras fluían en su mente. Cuando el tren llegó a McAllen, ciudad fronteriza con México, el borrador había quedado terminado. El profundo significado, la claridad e integridad de su mensaje han hecho que esta obra se convierta en la favorita de muchas personas alrededor del mundo. Su énfasis en la necesidad de mantener una vida de intimidad con Dios ha impactado y transformado la vida de sus lectores, lo cual ha servido para que este libro haya sido traducido a más de veinte idiomas.

"Un clásico moderno de la literatura cristiana. Más que un libro devocional, es un tratado que me inspiró, me desafió y cambió de una manera profunda la forma como miraba a Dios y cómo me miraba a mí mismo. Este libro, en su momento, me revolucionó. Me invitó a buscar a Dios de una manera única, honesta, constante y privada. Escrito en el año 1948, pero conserva una vigencia extraordinaria. 

ISBN: 9789588217734
Editorial: Editorial CLC
Referencia de producto: 01501734
Dimensiones: 107 x 170 x 7 mm
Peso: 0,173kg
Cubierta: Rústica
Número de páginas: 130
Fecha de lanzamiento: 15.05.2009
Idioma: Español

Contenido Libros

Introducción

Prefacio

I. Sigamos Ardorosamente en Pos de Dios
II. La Bienaventuranza de no Poseer Nada
III. Rasgando el Velo
IV. Asidos a Dios
V. La Presencia Universal
VI. La Voz que Habla
VII. La Mirada del Alma
VIII. Restauración de Relaciones Entre Dios y la Criatura
IX. Mansedumbre y Reposo
X. EL Sacramento de la Vida

Prólogo

En esta hora de casi total oscuridad se vislumbra un destello alentador: dentro del cristianismo conservador cada día son más los que están sintiendo un anhelo creciente de encontrarse con Dios. Almas que desean conocer las realidades espirituales, y no se contentan con meras "interpretaciones" de la Palabra de Dios. Los que tienen verdadera sed de Dios no se contentan hasta que no beben de la fuente de Agua Viva.

Esta genuina sed y hambre de Dios es el único precursor de avivamientos en el mundo religioso. Esta sed podrá ser al principio una nube del tamaño de una mano, que atisban unos pocos santos por aquí y por allá, pero puede ser el retorno a la vida de muchas gentes y la recuperación del esplendor que debe acompañar siempre a la fe en Cristo, y que parece haber desaparecido de las iglesias de hoy en día. Nuestros dirigentes religiosos deben reconocer este ardiente deseo. El evangelismo de hoy en día parece haber levantado el altar y dividido el sacrificio en trozos, sin percatarse, quizá, que no hay fuego en la cumbre del monte Carmelo. Pero gracias a Dios porque hay algunos que se preocupan por ello. Son los que aman el altar, y se deleitan en el sacrificio, y no están conformes porque aún no ven descender el fuego. Lo que desean, por sobre todas las cosas, es la presencia de Dios. Más que ninguna otra cosa desean gustar de la "penetrante dulzura" del amor de Cristo, del cual escribieron los profetas y cantaron los salmistas.

No hay falta hoy en día de buenos maestros bíblicos que enseñen correctamente la doctrina de Cristo, pero muchos de ellos parecen contentarse, año tras año, con enseñar los fundamentos de la fe, sin advertir que en su ministerio hay falta de la presencia de Dios.

Lo digo con amor, pero en nuestros pulpitos falta calidad espiritual. Nuestros tiempos son semejantes a los de Milton, algo que en su momento lo llevó a exclamar: "Las ovejas hambrientas miran interrogantes, pero nadie las alimenta." Es algo patético, y lamentable, ver a los hijos de Dios sentados a la mesa del Padre y desfalleciendo de hambre. Se confirma la sentencia de Wesley: "La ortodoxia o correcta opinión, es, después de todo, parte muy endeble de la religión. Si bien es cierto que nadie puede tener buen carácter sin tener buenas opiniones, es posible tener buenas opiniones sin tener buen carácter. Se pueden tener excelentes opiniones acerca de Dios sin que ello signifique que se lo ama o se desee servirle. Satanás es una prueba de ello".

Gracias a la notable difusión de la Biblia que se ve hoy en día, mucha gente tiene correctas opiniones, quizá más que nunca antes en la historia. Sin embargo, me pregunto si hubo alguna vez un tiempo en que la temperatura espiritual estuvo en un grado tan bajo. En grandes sectores de la iglesia se ha perdido el arte de la verdadera adoración, ¡y en su lugar han puesto una cosa extraña y espuria llamada “programa!” Esta palabra ha salido del teatro y el circo, y se la aplica lamentablemente al tipo de servicios que hoy pasan por "adoración".

La exposición sana y correcta de la Biblia es imperativa en la iglesia del Dios vivo. Sin ella ninguna iglesia puede ser una iglesia neotestamentaria en el estricto sentido del término. Pero dicha exposición puede hacerse de manera tal que deje a los oyentes vacíos de verdadero alimento espiritual. Las almas no se alimentan solo de palabras, sino con Dios mismo, y mientras los creyentes no encuentren a Dios en una experiencia personal, las verdades que escuchen no les harán ningún bien. Leer y enseñar la Biblia no es un fin en sí mismo, sino el medio para que lleguemos a conocer a Dios, y que podamos deleitarnos con su presencia y gustemos cuán dulce y grato es sentirle en el corazón. Este libro es un modesto intento para ayudar a los hijos de Dios a encontrarle a Él. Nada nuevo hay en lo que decimos, excepto que describo mi propio hallazgo de verdades espirituales que han llegado a ser muy preciosas para mí. Otros han avanzado mucho más que yo en estos sagrados misterios. Pero aunque mi fuego no es grande, no por eso deja de ser real y verdadero. Pueda ser que algunos logren encender sus velas con el fuego de mi lumbre.

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A.W. Tozer
A.W. Tozer(Autor)

 

A. W. Tozer Fue ministro en la Alianza Cristiana y Misionera de 1919 a 1963, y fue editor de la revista Alliance Witness (hoy día Alliance Life) de 1950 a 1963. Durante su vida, Tozer escribió numerosos libros, siendo el más famoso de ellos La búsqueda de Dios. Además de sus obras, Tozer escribió numerosos ensayos publicados en las revistas cristianas más importantes de su época. Goza del reconocimiento de grandes teólogos, prácticamente no hay ningún manual de teología sistemática que no cite su clásico “El conocimiento del Dios Santo”. También cada libro que hoy leemos sobre la adoración incluye una cita de su libro “Que le ha sucedido a la Adoración Necesita libros que exalten el conocimiento de Dios, pero también la experiencia con él. El aburrimiento, la frialdad de espíritu, el servicio desapasionado, la falta de perseverancia y todos los males que podemos ver en la iglesia son producto de pensamientos indignos de Dios. Si deseamos una experiencia profunda con Dios no debemos buscar en nosotros, debemos correr al testimonio de las escrituras, es allí donde nos encontramos con Cristo el mediador.