El silencio de Adán
El silencio de Adán

El silencio de Adán [Libro]

Cómo convertirse en hombres de valor en un mundo de caos

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Recupere la fortaleza y el riesgo de la hombría. Los hombres de hoy libran una lucha con su problema más arduo: recuperar todo el potencial de su hombría. Pero en medio de los afanes, reuniones, concentraciones, seminarios y congratulaciones, ¿faltará algo vital? ¿Qué es lo que define y le da significado a la hombría? En "El Silencio de Adán," el Dr. Larry Crabb y sus colegas, el erudito bíblico Don Hudson y el consejero Al Andrews, nos ofrecen una fresca mirada sobre la manera como Dios diseñó a los hombres, recurriendo a los datos bíblicos olvidados y a su propia experiencia profesional para ayudarnos a explorar: La visión perdida de la hombría
Los problemas de la comunidad varonil
El valor de las relaciones de consejería
El Silencio de Adán expone en forma cuidadosa y honesta las luchas continuas de los hombres y las dificultades que enfrentan en sus relaciones. Presenta el precioso llamado que ellos tienen de revelar a Dios en una forma exclusivamente varonil, y los desafía a que superen el paralizante temor al fracaso y corran riesgos en forma resuelta, actuando con una profunda espiritualidad y viviendo con plenitud.

Categorías

Productos » Hombres
ISBN: 9789589149942
Editorial: Editorial CLC
Referencia de producto: 01500944
Dimensiones: 140 x 210 x 15 mm
Peso: 0,268kg
Cubierta: Rústica
Número de páginas: 240
Idioma: Español

Contenido Libros

Los expertos hablan acerca de "El Silencio de Adán"
Reconocimientos
Adán Guardó Silencio Cuando Debió Hablar
Introducción
La Historia Comienza
Larry Crabb
Don Hudson
Al Andrews
PARTE 1 -ALGO SERIO ANDA MAL -SE PIERDE EL SUEÑO
Capítulo 1: Una Visión para los Hombres
Capítulo 2: Hombres Varoniles y Hombres poco Varoniles
Capítulo 3: Teología por Fórmula
Capítulo 4: Penetrando la Oscuridad
Capítulo 5: De Caos en Caos
Capítulo 6: Un Llamado a Recordar
Capítulo 7: Adán Estaba Ahí, y Calló
Conclusión de Parte 1
PARTE 2 -ALGO VITAL HACE FALTA
LOS PROBLEMAS DE LA COMUNIDAD MASCULINA
Capítulo 8: Hombres Que Luchan con la Oscuridad
Capítulo 9: Cómo se Relacionan los poco Varoniles
Capítulo 10: Hombres que Exigen Ayuda: La Pasión de la Necesidad
Capítulo 11: Hombres que Solo se necesitan a Sí Mismos:
La Pasión de la Dureza
Conclusión de la Parte 2
PARTE 3 -Algo Poderoso está Disponible. Una Generación de consejeros
Capítulo 12: Padres: Hombres que creen en Nosotros
Capítulo 13: Hermanos: Hombres comparten Secretos
Capítulo 14: El Sueño Realizado: generación de Consejeros
La Historia Continúa
Al Andrews
Don Hudson
Larry Crabb

Prólogo

Este libro ha sido escrito por tres hombres que estamos en crecimiento, pero luchando. A la vez somos hombres que confesamos abiertamente que nuestras luchas parecen intensificarse a medida que nuestras vidas continúan, aunque éstas sencillamente no concuerden con la forma en que la cultura cristiana parece pensar que deberían ser. Se espera que los hombres cristianos, especialmente los que ejercen liderazgo, se sientan siempre animados y apasionados por su visión, y con muy pocos problemas. Se supone que los hombres maduros no luchan con pensamientos desatinados, ni con impulsos pecaminosos, o sentimientos de desesperación, pero nosotros creemos que sí lo hacen.

Opinamos que desde el punto de vista espiritual, la hombría está más relacionada con seguir funcionando a pesar de las dificultades que con superarlas exitosamente. Creemos que el Espíritu de Dios está menos interesado en decirnos cómo poner en orden nuestra vida, y más interesado en avivar —en medio de nuestras dificultades actuales— nuestra pasión por Cristo. Dios en vez de resolvernos los problemas, con frecuencia los usa para perturbarnos, para que estemos menos seguros de cómo funciona la vida, para incitarnos a preguntarlos temas difíciles que nos aterra encarar, para sacar a la superficie las dudas obstinadas y las desagradables demandas que nos distancian de Cristo.

No creemos que la Biblia brinde un plan para hacer que la vida funcione como pensamos que debería ser, y en cambio sí creemos que ofrece una razón para seguir adelante, aun cuando la vida no funcione de esa manera. Si pudiéramos encontrar fórmulas que realmente funcionaran, fórmulas para vencer el enojo, producir hijos piadosos o sentirnos más cerca de nuestras esposas, las seguiríamos. Pero no creemos que existan. En nuestra opinión, los verdaderos hombres admiten su miedo a la confusión, pero no huyen de ella hacia una seguridad fácil o un plan detallado paso a paso.

El misterio de la vida nos atrae más que su previsibilidad. No porque nos guste particularmente sentirnos confundidos y fuera de control. Es difícil sentirse así, y a veces lo detestamos. Pero creemos que no tenemos opción; no, si somos honestos con nosotros mismos al enfrentar la vida. Algunas partes de la vida, por supuesto, están en orden y son manejables. Los carros no funcionan sin gasolina; los dientes que se limpian con hilo dental desarrollan menos problemas; las familias no se llevan tan bien si no cuentan con un esposo y padre comprometido. Se deben hacer las cosas que sean factibles. Aquellas partes de la vida que se pueden manejar, deben manejarse bien. Pero las partes más importantes de la vida, las que constituyen lo que es el cristianismo, nos parecen más misteriosas que manejables, más caóticas que ordenadas. ¿Qué hace usted cuando descubre que su hija fue abusada sexualmente por la persona que la cuidaba? ¿Cómo maneja los celos punzantes que siente ante un amigo que gana más dinero que usted? ¿Qué puede hacer con una vida de fantasía inmoral que simplemente no se va? ¿Cómo se acerca a Dios cuando siente que en su interior todo está muerto? ¿Cómo hace el Espíritu de Dios para llevarnos al hogar del Padre donde se está celebrando la fiesta?

Sencillamente, no hay ninguna fórmula para seguir al manejar estas cosas de tanta importancia. Y creemos que Dios lo ha diseñado de esa manera, no para frustrar o desanimar sino para que mostremos lo que puso en nosotros, algo que se libera solo cuando nos abandonamos a Él en medio del misterio. La hombría espiritual implica el valor para seguir avanzando en medio de una confusión abrumadora hacia las relaciones. No se trata, entonces, de entender exactamente qué es lo que funciona y luego hacerlo. Escribimos este libro como tres hombres que viven historias inconclusas. Luchamos con preguntas que nadie contesta. Fallamos de formas que creíamos ya superadas. Luchamos con los desagradables deseos que abrigamos, incluyendo el impulso de abandonarlo todo cuando la vida nos agota. Luchamos por vivir en comunidad los unos con los otros. Pero aun así tenemos esperanza.

Quizá nuestras vidas se estén moviendo hacia una clase de madurez que abrirá nuestras bocas y dejará mudo a Satanás. Abrigamos esa esperanza porque, aunque estemos confundidos, algunas veces desanimados, y ocasionalmente desesperados, todavía nos movemos hacia nuestras esposas, nuestros hijos, nuestros amigos, y nuestro Dios. No siempre avanzamos bien, y a veces nos detenemos, pero eso nunca es una decisión permanente. Y ésta es la esencia de nuestro mensaje: LA HOMBRÍA SIGNIFICA ESTAR MOVIÉNDOSE; no siempre con éxito, ni siquiera con victoria, sino con la clase de movimiento que solo puede producir una apasionada fascinación por Cristo, que cuando está dirigida por el Espíritu, nos consume. Esa es la verdadera victoria. Permítannos presentarnos: somos tres hombres, cada uno con una historia que contar; historias de tristeza, gozo, fracaso, éxito, aburrimiento, pasión, venganza y amor. Unáse a nosotros mientras examinamos lo que significa ser un hombre que vive como Dios planeó que los hombres vivieran.

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Larry  Crabb
Larry Crabb(Autor)

Larry Crabb Nació en Evanston, Illinois, Estados Unidos, en 1944 y fue estudiante de psicología hasta que comenzó a estudiar psicología anormal y teoría de la personalidad. Durante el posgrado experimentó un período de profundo escepticismo antes de ser guiado de regreso a la fe por Francis Schaeffer y CS Lewis. Su renovada pasión espiritual lo convenció de que el cristianismo tenía un papel que desempeñar en la psicología clínica. Fundó el Instituto de Consejería Bíblica a principios de la década de 1980.  Crabb fue Profesor Adjunto de Teología Aplicada en Regent College de 1998–1999, Presidente y Profesor, Maestría en Artes en el Programa de Consejería Bíblica, Universidad Cristiana de Colorado , 1989–1996, Presidente y Profesor, Departamento Graduado de Consejería Bíblica, Seminario Teológico Grace , 1982 –1989 y en práctica privada para Psicología Clínica en Boca Ratón, Florida, 1973-1982. También fue el psicólogo solitario en el Centro de Consejería Psicológica, Florida Atlantic University. Crabb y su esposa Rachael viven en el área de Charlotte, Carolina del Norte. Tienen dos hijos, Kep y Ken, ambos casados.